El mayor tesoro que posee la apicultura de las Islas Canarias es su raza, La Abeja Negra Canaria, escindida hace unos 200 mil años de un brazo común que la emparienta con las abejas africanas, la cual ha desarrollado unas características genéticas y un nivel de adaptación al medio excelente, ofreciendo altos grados de productividad y de mansedumbre, elementos ambos muy valiosos, que la hacen única.
Es entre mayo y julio, a más de 1.500 metros de altitud, cuando florece la retama del Teide, una planta endémica de Tenerife en las que nuestras peculiares abejas producen la más singular y tradicional de las mieles de Tenerife con D.O.P. De color muy claro y cristalización tardía, su suave sabor la hace recomendable para endulzar infusiones y bebidas y para la elaboración de dulces y postres.
Su obtención se remonta al comienzo de la historia conocida de la isla y forma parte fundamental de la tradición del sector. Es producida por las expertas manos de los apicultores tinerfeños, no se pasteriza, por lo que conserva intactas su frescura, sus propiedades naturales y su extraordinario sabor. Seleccionada y envasada por la Casa de la Miel, entidad dependiente del Cabildo Insular de Tenerife, que garantiza al consumidor su origen, exclusivamente tinerfeño, y sus condiciones de conservación mediante estrictos procesos y controles de calidad.
Parque Nacional del Teide
Es sin duda el lugar que más identifica a Tenerife. El Parque Nacional del Teide fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 2007 con la categoría de Bien Natural. Es la más completa muestra de vegetación de piso supramediterráneo que existe y constituye una de las manifestaciones más espectaculares de vulcanismo en todo el mundo, y por supuesto, la más destacada de Canarias.
La miel de Retama del Teide se produce en la Isla de Tenerife y está amparada bajo la Denominación de Origen Protegida Miel de Tenerife
El P.N. del Teide está situado en el centro de la isla, a una altitud media de 2.000 metros, y su cima representa el pico más alto de España, con 3.718 metros. Desde el punto de vista geomorfológico estamos ante una maravilla de la naturaleza. La estructura de la caldera y el estrato volcán Teide-Pico-Viejo son únicos en el planeta. Los cientos de conos, coladas o cuevas con las que cuenta enriquecen su interés científico y paisajístico. A ello se añaden su riqueza de fauna y flora, con una gran cantidad de endemismos canarios y especies exclusivas del parque.
El parque se creó en 1954 en reconocimiento a su singularidad volcánica y biológica. Su extensión es de casi 19.000 hectáreas, lo que lo convierte en el mayor y más antiguo de entre todos los parques nacionales de las Islas Canaria.
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