Las bodegas y viñedos esperan con los brazos abiertos a los visitantes con la promesa de un turismo rural no masificado, cargado de espacios abiertos, sabores y aromas, una oferta que esperan que les permita salvar el 2021 y que sea el comienzo de la recuperación tras los meses más duros de pandemia.
Efeagro
El año 2020 fue un año difícil para el sector, ya que las restricciones de movilidad entre regiones, los cierres de alojamientos rurales y los brotes de coronavirus obligaron a muchas rutas del vino y sus establecimientos a permanecer cerradas e interrumpir sus actividades presenciales, en las que se basaba su oferta, lo que les llevó a tener pérdidas.
Sin embargo, este 2020 de caída tras años de crecimiento llevó a muchos a reinventarse, con una apuesta por el formato online para realizar catas, con envíos a domicilio de sus productos, la organización de concursos de fotografía o talleres digitales, todo con tal de no perder el contacto con la gente confinada.
Para la presidenta de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) y de Rutas del Vino de España, Rosa Melchor, 2020 fue un año para promocionarse y reinventarse a través de la tecnología, una reinvención que muchas bodegas y rutas ven como un camino a mantener en el futuro.
El enoturismo español
Con la llegada del verano, las Rutas del Vino -hay 32 disponibles– ya están preparadas para la llegada de turistas con la esperanza de que el segundo semestre del 2021 les permita aumentar su facturación y dar su año por salvado.
Aunque Melchor insiste en que el enoturismo no es estacional, reconoce que “todas las posibilidades de recuperación estarían en finales de verano y principios de otoño”, cuando coincide con la vendimia.
“Sí, tengo esperanzas y soy positiva en el sentido de que entiendo que los meses perdidos no se van a recuperar pero que el 2021 podamos salvarlo”, y “el 2022 encararlo con toda la fuerza e ilusión del mundo”, Rosa Melchor.
Entre las diferentes rutas que están listas para la llegada de turistas, cada una de ella con sus peculiaridades geográficas, gastronómicas e históricas, está la Ruta del vino Bierzo Enoturismo, en Castilla y León.
La gerente, Cristina Klein, explica que se mantienen expectantes para ver “cómo evolucionan las cosas” y con “muchísima ilusión”, ya que de junio hasta final de año pueden recabar habitualmente hasta el 60 % de la facturación total, aunque reconoce que la pérdida de la Semana Santa fue “importante”, sumado a un 2020 de pérdidas.
“La gente tiene ganas de verse. No es lo mismo hacer una cata virtual, que puedes aprender, ver a la gente. Es diferente”, asegura Klein, quien defiende que las experiencias presenciales están muy por encima de las actividades online que se han celebrado hasta ahora.
“El enoturismo es mucha sensación y mucha emoción”, Cristina Klein.
En este momento, hay bodegas que han retomado las catas y visitas, como Bodegas Solar de Samaniego (en la Rioja Alavesa), que ofrecen al público su visita “Beber Entre Líneas”, que recibió el premio a la Mejor Experiencia Enoturística en los Premios de Enoturimo Rutas del Vino de España 2020.
Pero también las hay que se lanzan por primera vez en este proyecto, como las Bodegas Sonsierra (Rioja), que han presentado dos opciones en las que incluyen visitas a bodegas, paseos y catas por el territorio.
La idea inicial era presentar el proyecto en septiembre de 2020, visto el crecimiento del sector enoturístico de los últimos años, pero decidieron retrasarlo y es este mes de mayo cuando finalmente han visto la luz estas iniciativas abiertas al público.
“Las visitas las hemos planeado de diferente manera para cumplir con todas las medidas sanitarias”, explica Cristina Hernando, responsable de enoturismo de Bodegas Sonsierra, quien añade que, para prevenir contagios, organizan encuentros de grupos reducidos y en espacios amplios y no masificados.
De momento, están teniendo una respuesta positiva pero reconoce que las reservas son con pocos días de adelanto. En algunos casos, hasta dos días antes del día reservado, por lo que es difícil ver cómo se va a desarrollar el resto del verano. “Me imagino que gracias a la vacuna, a medida que se vaya relajando la situación, evidentemente va a haber mayor flujo de gente”, alega.
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