Un Origen Ancestral que Cruza Fronteras
El jamón ibérico tiene una historia que hunde sus raíces en la época de los fenicios y romanos, quienes introdujeron en la península ibérica técnicas de secado y curación que con el tiempo evolucionarían hasta convertirse en el proceso artesanal que conocemos hoy.
Durante siglos, la cultura y la tradición de la cría y el aprovechamiento del cerdo han permanecido vigentes en España, siendo en la Edad Media cuando el jamón ibérico empezó a adquirir prestigio y a consolidarse como un símbolo de calidad. Su lugar en la mesa navideña va mucho más allá del placer gastronómico, ya que cada loncha representa un legado cultural que une generaciones y revive la historia en cada cena.
Una Técnica de Elaboración Cuidadosa y Única
El proceso de elaboración del jamón ibérico es una combinación de conocimiento y paciencia. Todo comienza con la cría de cerdos ibéricos en dehesas donde se alimentan de bellotas, ingrediente clave para obtener su sabor distintivo. Luego, el jamón pasa por un proceso de curación lento que puede durar entre tres y cuatro años, bajo la supervisión de maestros jamoneros que dominan cada etapa.
Etapas de un jamón
Después de la salazón inicial, en la que se cubre la carne de sal marina para deshidratarla y potenciar su sabor, el jamón entra en la fase de asentamiento, donde se controla la temperatura y humedad para que la sal penetre de forma gradual y uniforme.
Posteriormente, los jamones pasan al secadero natural, donde temperaturas más cálidas y una deshidratación pausada permiten que las grasas se infiltren en la carne, intensificando así su sabor y textura. Finalmente, el proceso culmina en bodegas frescas y oscuras, donde el jamón envejece entre 12 y 36 meses.
Aquí, gracias a las enzimas naturales, el jamón adquiere los aromas complejos y el sabor profundo que lo distinguen, mientras los maestros jamoneros supervisan cada detalle para asegurar la calidad óptima de cada pieza.
Esta técnica artesanal y exigente es el secreto de la textura, aroma y sabor inconfundibles del jamón ibérico, cuyo prestigio se ha transmitido de generación en generación. Así, el producto final llega a las mesas navideñas para convertirse en protagonista de la celebración.
La importancia de un buen cortador
Un buen jamón ibérico no solo depende de su proceso de curación, sino también del arte de un cortador experimentado. La habilidad del cortador es crucial para revelar todo el potencial de cada pieza, ya que un corte preciso, en finas lonchas y con el ángulo adecuado, permite que cada bocado libere el sabor, aroma y textura en su máxima expresión.
Además, un corte bien ejecutado garantiza una presentación atractiva, realzando tanto la estética como la experiencia sensorial del jamón. La destreza del cortador convierte la degustación en un verdadero homenaje a esta joya gastronómica.»
Tradición y Valor en la Navidad Moderna
A medida que se acercan las fechas decembrinas, el jamón ibérico comienza a ocupar un lugar de honor en las listas de preparativos navideños. Este año, como cada año, muchas familias españolas planean dar a sus cenas un toque auténtico y exclusivo al incluir en sus mesas jamones de calidad. Aunque hoy día el jamón ibérico se puede encontrar en tiendas especializadas de todo el mundo, su valor en España sigue siendo especial y único.
Tres de los mejores, nuestras recomendaciones
Arturo Sánchez
En el universo del jamón ibérico, algunos nombres destacan no solo por la calidad de sus productos, sino por el respeto a la tradición y la innovación que aportan al sector. Arturo Sánchez es un ejemplo de esta dedicación, desde hace más de un siglo, esta empresa selecciona cuidadosamente sus cerdos en las mejores dehesas de la Sierra Norte de Sevilla y Extremadura, llevándolos a sus secaderos en Guijuelo.
Con un enfoque distintivo, optan por la doble montanera, permitiendo que los cerdos se alimenten de bellotas dos temporadas seguidas, lo que potencia los antioxidantes en la carne y contribuye a un sabor complejo y una grasa que se deshace al contacto.
Carrasco Ibéricos
Por su parte, Carrasco Ibéricos representa la esencia de Guijuelo en cada pieza. La familia, con una trayectoria de décadas, ha sabido convertir su apellido en sinónimo de excelencia tanto en España como en mercados europeos y asiáticos.
Con una selección de jamones ibéricos puros de bellota que no necesitan ediciones especiales ni etiquetas diferenciadoras, la empresa entrega productos de sabor dulce, textura delicada y aromas naturales que evocan el campo. Este enfoque directo y transparente ha consolidado a esta maraca, Carrasco como uno de los favoritos en la alta restauración, en especial en el País Vasco.
Cinco Jotas
Esta marca insignia de Jabugo desde 1879, representa la maestría y tradición en estado puro. Solo trabajan con productos 100% ibéricos de bellota, asegurando al consumidor una calidad inigualable en cada bocado.
Con un precio que refleja su exclusividad y el cuidado con el que se produce, Cinco Jotas ha conseguido una reputación internacional que pocos pueden igualar, fusionando la autenticidad de cada pieza con una identidad sólida y de confianza.
El jamón Ibérico…parte de lo nuestro
Cada año, a medida que se acercan las celebraciones navideñas, el jamón ibérico continúa siendo el protagonista indiscutible en las mesas españolas y canarias. Este manjar, que simboliza la excelencia y la tradición, invita a disfrutar de momentos especiales en compañía de seres queridos.
Ya sea como aperitivo o como parte de un plato principal, el jamón ibérico no solo ofrece un sabor inigualable, sino que también cuenta una historia rica que conecta generaciones y culturas. Con cada loncha, se celebra el esfuerzo de los productores que mantienen viva la herencia gastronómica de España, convirtiendo cada cena navideña en una experiencia gastronómica memorable.
Sin Comentarios