Efeagro
La flota pesquera afronta con incertidumbre su futuro inmediato poscoronavirus, para el que será determinante una recuperación del consumo de pescado y de marisco con la reapertura hostelera y la nueva normalidad turística.
Armadores y cofradías afirman, en declaraciones a Efeagro, que el panorama post pandemia es una incógnita, sobre todo por el temor del impacto de una crisis económica en las ventas de productos pesqueros, y por el grado en que las normas nacionales o de la Unión Europea (UE) regulen o limiten su actividad para oxigenar a la flota pesquera.
“Nuestro futuro inmediato pasa por la recuperación de la hostelería y la restauración. Si funciona, el futuro será más halagüeño”, según el presidente de la Federación Nacional de Cofradías Pesqueras (FNCP), Basilio Otero.
El secretario general de la patronal de armadores Cepesca, Javier Garat, afirma que el incremento de las compras de pescado para el hogar durante el estado de alarma no compensa el hundimiento de precios y el descenso de ingresos de las empresas por el cierre hostelero, que ha afectado sobre todo al marisco, al besugo o a la dorada salvaje, aunque también ha tumbado cotizaciones en lonja como las de la merluza -especie preferida de los Garat subraya los temores ante una posible recesión “más dura que la de 2008” y su impacto en dicho consumo.
Muchos pescadores de bajura han parado durante prácticamente un trimestre por el estado de alarma y sus ingresos serán los que perciban dentro de las ayudas previstas por el Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP) para paliar el coronavirus; la flota de altura también se ha visto perjudicada por los precios y las dificultades en los relevos.
El verano es una de las épocas fuertes de ventas de pescado, junto con la Navidad, pero asociado a fiestas populares y a hostelería.
Las cuotas pesqueras y las normas de la UE
El porvenir de la flota dependerá de las cuotas y de nuevas normativas de la Unión Europea (UE), que condicionarán su trabajo.
España ha pedido que el nuevo FEMP tenga una dotación suficiente para hacer frente a los efectos de la crisis en la pesca.
Ante un año anómalo en la actividad pesquera, España ha solicitado aumentar el porcentaje de cuota que se puede trasladar a los cupos de 2021.
El responsable de la patronal de armadores ha explicado que la regulación actual permite ese traspaso para un 10 % de las cuotas, mientras que la flota española quiere elevarlo al 25 % -en especies puntuales- para que “no se desaprovechen” posibilidades pesqueras; para ello, hace falta que las instituciones de la UE modifiquen las normas.
Este cambio ya se efectuó cuando Rusia impuso el veto a los productos agroalimentarios de la UE, según la misma fuente.
De lo contrario, cabe el riesgo de que los buques usen sus cuotas para extraer pescado que después deberán “almacenar y congelar” ante la ralentización del consumo, con los consiguientes gastos.
Por otro lado, la UE negocia actualmente una revisión de la política del control en la que se plantea la instalación de cámaras de vídeo en los buques.
Además, dentro de las recientes estrategias presentadas por la Comisión Europea, la relativa a la biodiversidad plantea ampliar las zonas protegidas y las reservas marinas con medidas estrictas.
Bruselas también proyecta un nuevo plan de acción en 2021 para salvaguardar los ecosistemas marinos, en el que podría introducir medidas para restringir “las artes pesqueras que más riesgos suponen para la biodiversidad”, lo que hace temer al sector actuaciones contra el arrastre.
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