El sector vitivinícola español continúa mostrando signos de recuperación tras la drástica caída que sufrió en 2021 debido a la pandemia. Según los últimos datos proporcionados por la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), el consumo de vino en el país ha aumentado un 2,5% en el último año, alcanzando los 9,9 millones de hectolitros. Sin embargo, esta cifra sigue estando considerablemente por debajo de los 11,09 millones de hectolitros registrados en febrero de 2020, antes de que la crisis sanitaria golpeara con fuerza al mercado.
Este leve incremento se enmarca en un contexto de mayor estabilidad para la industria vinícola, que ha venido recuperando parte del terreno perdido en los últimos años. No obstante, el consumo aún no logra igualar los niveles previos a la pandemia, lo que plantea desafíos para el sector en términos de estrategias de comercialización y fomento del consumo moderado de vino en el mercado nacional.
Producción al alza: un respiro para el sector
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A la par del crecimiento en el consumo, la producción de vino en la campaña 2024/2025 ha registrado un aumento significativo. Según los datos preliminares, la producción total de vino en España se sitúa en torno a los 31 millones de hectolitros, lo que supone un crecimiento del 9,6% en comparación con la campaña anterior. Si a este volumen se suma la producción de mosto, la cifra asciende a 36,7 millones de hectolitros, con un incremento global cercano al 15%.
El vino blanco ha liderado la producción con 17,8 millones de hectolitros, mientras que los tintos y rosados han sumado 12,6 millones de hectolitros. Además, alrededor de 600.000 hectolitros se han destinado a la elaboración de alcoholes para uso de boca y vinagres, lo que representa una ligera reducción respecto al año anterior.
El mosto, por su parte, ha experimentado un crecimiento notable, con una producción de 5,7 millones de hectolitros, un 56% más que en la campaña anterior. A pesar de estos datos positivos, las existencias de vino y mosto han disminuido, situándose en 53 millones de hectolitros al cierre de 2024, lo que supone un descenso del 9,3% respecto al año anterior.
Castilla-La Mancha lidera la producción nacional
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A nivel regional, Castilla-La Mancha continúa siendo el principal motor de la producción vinícola en España. La comunidad ha registrado una producción de 17,5 millones de hectolitros de vino, lo que equivale al 57,6% del total nacional. Si se suma la producción de mosto, la cifra asciende a 21,88 millones de hectolitros, representando el 60% de la producción total del país.
Otras regiones con una notable producción incluyen Extremadura, con 3,34 millones de hectolitros (9% del total), y Castilla y León, con 2,15 millones de hectolitros (6%). También destacan la Comunidad Valenciana, La Rioja y Cataluña, con cifras que oscilan entre los 1,5 y 1,6 millones de hectolitros.
En el extremo inferior de la producción se encuentran regiones como Cantabria y Asturias, con volúmenes de 5.000 y 1.740 hectolitros respectivamente, reflejando el menor peso de estas comunidades en el sector vinícola nacional.
Disparidad en las variaciones de producción
El aumento en la producción no ha sido uniforme en todas las regiones, con algunas comunidades experimentando incrementos significativos y otras registrando importantes retrocesos. Entre los mayores aumentos destacan Cantabria (81,5%), Asturias (77%), Murcia (49%), Extremadura (25%) y Castilla-La Mancha (24,5%). En contraste, Baleares ha sufrido una caída del 30%, mientras que Cataluña, Navarra, La Rioja, Madrid y el País Vasco han experimentado descensos de entre el 14% y el 22,5%.
Por su parte, Canarias ha mantenido una producción estable respecto a la campaña anterior, consolidando su pequeña pero significativa contribución al panorama vinícola nacional.
Desafíos y perspectivas para el sector
Pese al crecimiento en el consumo y la producción, el sector vitivinícola español se enfrenta a diversos retos. La lenta recuperación del consumo interno sugiere la necesidad de fortalecer estrategias de promoción y exportación, en un contexto donde la competencia internacional es cada vez más feroz. Además, factores como el cambio climático y la evolución de los hábitos de consumo jugarán un papel clave en la sostenibilidad y viabilidad del sector a largo plazo.
España sigue siendo una de las grandes potencias vinícolas a nivel mundial, pero la industria debe continuar adaptándose a los nuevos tiempos para consolidar su crecimiento y recuperar plenamente los niveles de consumo previos a la pandemia.
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