China ha puesto en marcha la locomotora para criar más cerdos tras superar el episodio más duro de la crisis de la Peste Porcina Africana y ya este año se prevé que reduzca (sobre un 2 %) sus importaciones generando un panorama de incertidumbre comercial internacional con impacto en España.
España es actualmente el segundo proveedor mundial de carnes de porcino al gigante asiático y de hecho el 60 % de sus exportaciones tienen como destino China.
Los intereses económicos son evidentes pero la época dorada de los últimos años, facilitada por esa crisis de la peste porcina que mermó hasta un 60 % la cabaña china, empieza a menguar.
De hecho, los operadores y las industrias cárnicas ven una evidente ralentización de los envíos y esto les pone en guardia ante un posible cambio de rumbo en sus estrategias comerciales.
Desaceleración
España cerró el primer semestre de 2021 con casi 800.000 toneladas exportadas a ese destino, superando en un 70 % los envíos del mismo periodo de 2020, por un valor económico de 1,7 millones de euros (+73,1 %).
Es decir, se crece pero no al ritmo de 2020 cuando las exportaciones aumentaron más de un 100 % respecto a 2019, según los datos de la interprofesional del cerdo de capa blanca (Interporc).
Por eso, desde la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) hablan de “desaceleración” y ven claro que las compras han “aflojado” en los últimos meses, según detallan a Efeagro.
Las causas hay que encontrarlas en la hoja de ruta marcada por las autoridades chinas para conseguir que el país se autoabastezca al 95 % para 2030, siempre y cuando la evolución de la PPA siga mejorando porque aún siguen surgiendo focos en algunas de las principales zonas productoras del norte del país.
Pero está en la senda de la recuperación y para muestra los buenos datos de producción en el primer semestre del año (especialmente en el segundo trimestre) cuando los sacrificios crecieron allí el 36 % frente a los primeros seis meses de 2020.
La previsión además apunta a que China producirá unos 83 millones de toneladas en 2021 y superará así en un 6,5 % los resultados de 2020, lo que hace esperar una reducción de la demanda de importación de este país “aún difícil de cuantificar y de acotar en el tiempo”, según Anice.
Como consecuencia, la FAO ha revisado a la baja sus previsiones sobre la demanda de importación de China a lo largo de 2021, que podrían llegar a los 11 millones de toneladas (-2,2 % sobre 2020).
Desciende la demanda
Con todo ello, el último informe publicado por Rabobank ratifica esa cierta desaceleración de los envíos mundiales de porcino a China que podría conducir a un descenso anual de las exportaciones en torno al 10-20 % en 2021, respecto a los niveles récord de 2020.
El director Internacional de Interporc, Daniel de Miguel, pone el foco de atención en la meta del país asiático para autoabastecerse al 95 % en menos de 10 años.
Piensa que para ello el país tiene que invertir en grandes granjas y deberán potenciar la bioseguridad y el bienestar animal, algo que “no es fácil”, según De Miguel, quien añade que la Unión Europea “está un paso por delante” en esos aspectos.
Diversificación
Para comenzar ya a reducir la entrada extranjera de este producto y revalorizar la materia prima nacional las autoridades han intensificado los controles en aduanas, además de ejecutar auditorías online a empresas exportadoras, según indica.
De hecho, ahora hay tres compañías españolas que se han sometido a ellas.
Ante esta incertidumbre que presenta el mercado chino, este responsable de Interporc insiste en la importancia de que las compañías diversifiquen sus mercados.
Es hora, asegura, de “fortalecer” otros destinos, ganar posicionamiento en ellos y la interprofesional mira “con buenos ojos” a Japón, Corea del Sur, Filipinas o Vietnam.
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